"No hay nostalgia peor
que añorar lo que nunca jamás sucedió."
(Joaquín Sabina, "Con la frente marchita")
Nuestro universo puede ser una paradoja predestinada, es decir que todo lo que hacemos y que haremos en un futuro ya está hecho y no puede ser modificado por nada ni nadie. Al final se trata de tiempo y destiempo. Nunca estar en el momento exacto, lo que sé es que a veces aparecen conexiones. Lo que sé es que a veces el destiempo se supera y se establecen lazos invisibles, nudos impalpables entre la gente. ¿Los has conocido tú?...¿qué cosa es el universo sino algunas canciones oídas en una fiesta después de medianoche, algunas cervezas, conversaciones que no son tales, disfraces extravagantes y las ruedas de las bicicletas? ¿Qué cosa es el final sino un minúsculo estallido que sucede cuando aprietas un botón y todo retrocede?
Quizá solo en sueños el fin de un mundo esté cerca… Muchas cosas pasan en los sueños. En ellos, todas las dimensiones – sean reales o imaginarias – terminan siempre confundidas en un abrazo largo y sincero. ¿Es esa la clave para saber lo que nos depara el destino? ¿Cómo saber realmente lo que nos espera? ¿O es que antes todo el mundo sabía lo que pasaría en el futuro y en algún momento alguien propuso olvidarlo hasta que hizo costumbre, o acaso terminamos por perder la facultad del presagio? Yo pienso en el olvido cada mañana cuando abro los ojos para deshacerme del mundo paralelo en el que he vivido entre sueños. ¿Hay algún tipo de señal o epifanía en todo esto? siempre están las palabras de los otros.
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