Contemplación de mi vida
decide sobre progreso o retroceso.
Llegamos aquí al punto de transición. Ya no mira uno hacia afuera para obtener imágenes más o menos restringidas o confusas, sino que la contemplación la dirige sobre si mismo para obtener una orientación con respecto a sus decisiones. Esta contemplación adentrada constituye precisamente el modo de superación del ingenuo egoismo en alguien que todo lo contempla únicamente desde su propio punto de vista. Así llega a la reflexión y con ello a la objetividad. El autoconocimiento, empero, no consiste en ocuparse de los propios pensamientos, sino de los efectos que emanan de uno. Únicamente los efectos producidos por la vida ofrecen una imagen que nos autoriza a decidir qué es progreso o retroceso.
I Ching, El Libro de las Mutaciones
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