1. Encerrada
Estamos en verano, hace calor y necesito tomarme una Cocacola Light. Llego al bar y me encuentro con la primera escena: los machos ibéricos más lamentables del lugar están tomando carajillos junto a la barra....
Son las dos de la tarde, sólo los cuerpos con alta tolerancia a la estupidez pueden soportar este ritmo de existencia. La máquina tragaperras está que echa humo y el único periódico que se puede leer es “el mundo deportivo”.
Los hombres beben en silencio, alcanzando así el éxtasis y yo escupo esta Cocacola con sabor a trementina.
El momento es pura poesía.
Hubiera agradecido El país, aunque siquiera fuera por liberar mis ansias de injuria... Estoy empezando a sentir arcadas al tratar de describir los detalles de las paredes del mugriento local: La Virgen María, Rosa de O.T y una imagen taurina. Estoy de acuerdo. El orden parece coherente.
Pasan las horas. Son las dos de la madrugada. El último sorbo de 43 con Piña, vómitos en la taza del water, nuestras bocas, esta cárcel con conexión a Internet. Vuelvo a mi reducto y comienzo a escribir un poema. Me hago un café, fumo otro cigarro y comienzo Algo pero Algo es una bazofia equiparable a Algo. Y mi masa encefálica se desintegra al ritmo de Deftones con su hei vanity...y su yeaaa!...
Son las dos de la tarde, sólo los cuerpos con alta tolerancia a la estupidez pueden soportar este ritmo de existencia. La máquina tragaperras está que echa humo y el único periódico que se puede leer es “el mundo deportivo”.
Los hombres beben en silencio, alcanzando así el éxtasis y yo escupo esta Cocacola con sabor a trementina.
El momento es pura poesía.
Hubiera agradecido El país, aunque siquiera fuera por liberar mis ansias de injuria... Estoy empezando a sentir arcadas al tratar de describir los detalles de las paredes del mugriento local: La Virgen María, Rosa de O.T y una imagen taurina. Estoy de acuerdo. El orden parece coherente.
Pasan las horas. Son las dos de la madrugada. El último sorbo de 43 con Piña, vómitos en la taza del water, nuestras bocas, esta cárcel con conexión a Internet. Vuelvo a mi reducto y comienzo a escribir un poema. Me hago un café, fumo otro cigarro y comienzo Algo pero Algo es una bazofia equiparable a Algo. Y mi masa encefálica se desintegra al ritmo de Deftones con su hei vanity...y su yeaaa!...
2. Urgente
Estaba llorando desconsoladamente mientras él me acariciaba la espalda intentando confortarme, sin embargo R. ignoraba que mis necesidades estaban cubiertas e invertidas - ya sabes- estoy memorizando la sintagmática de Bell y la narratología de Freud. Estoy fraguando mi futuro de carne de FNAC y MediaMark. Nuestra relación del Post-it de las 5am funcionaba perfectamente, no obstante, para mejorar la comunicación, optamos por cerrar la gatera por debajo de la puerta.Ahora sólo necesito que rellene diariamente la cafetera y vacíe el orinal.
Mi habitación- cuchitril conjuga perfectamente con la toxicómana frente a la pantalla con cara de Alicia en el País de lo ya visto. Tiene toda la belleza del caos y el orden de mi literatura en ruinas. Ataúd de 2.5 metros cuadrados con vistas al bar de borrachos y al baño de la vecina. Alta concentración de nicotina y recuerdos encerrados en el armario.
Todo comenzó hace 30 años cuando mi madre me daba sendas palizas. Después de cada sesión de insultos, patadas e intentos de estrangulamiento, mi hermano iba a buscarme al hueco de la escalera donde me escondía y trataba de animarme. Pasaron los años y como mi madre no dejaba de humillarme, huí precipitadamente de casa. Por ello, la secuencia de comandos de mi hard drive sufrió sus desperfectos. Ahora proceso ciertos gestos erróneamente, substituyo sexo por ultraje y otras cosas por estilo.
Es posible que me haya convertido en una niña-monstruo o mejor aún, una mujer centrada en si misma. Violenta y desarraigada, quizás. Una princesita altanera que necesita llegar alto para demostrarle a los demás que puede ganar la partida.
Estas cosas se las estaba contando a R., (que se enredan con M. y con G y con esta casa en llamas), cuando me comenzaron a caer las lagrimas... Supongo que, en realidad, todo tiene que ver con haber tomado ciertas decisiones en el momento equivocado. Una secuencia de fotogramas en blanco y negro. Heridas a la que nadie le puso vendaje…
Mi habitación- cuchitril conjuga perfectamente con la toxicómana frente a la pantalla con cara de Alicia en el País de lo ya visto. Tiene toda la belleza del caos y el orden de mi literatura en ruinas. Ataúd de 2.5 metros cuadrados con vistas al bar de borrachos y al baño de la vecina. Alta concentración de nicotina y recuerdos encerrados en el armario.
Todo comenzó hace 30 años cuando mi madre me daba sendas palizas. Después de cada sesión de insultos, patadas e intentos de estrangulamiento, mi hermano iba a buscarme al hueco de la escalera donde me escondía y trataba de animarme. Pasaron los años y como mi madre no dejaba de humillarme, huí precipitadamente de casa. Por ello, la secuencia de comandos de mi hard drive sufrió sus desperfectos. Ahora proceso ciertos gestos erróneamente, substituyo sexo por ultraje y otras cosas por estilo.
Es posible que me haya convertido en una niña-monstruo o mejor aún, una mujer centrada en si misma. Violenta y desarraigada, quizás. Una princesita altanera que necesita llegar alto para demostrarle a los demás que puede ganar la partida.
Estas cosas se las estaba contando a R., (que se enredan con M. y con G y con esta casa en llamas), cuando me comenzaron a caer las lagrimas... Supongo que, en realidad, todo tiene que ver con haber tomado ciertas decisiones en el momento equivocado. Una secuencia de fotogramas en blanco y negro. Heridas a la que nadie le puso vendaje…
3. Stuttgarten
Ella se ha ido, estará en el metro pensado en nosotras y en lo que ha sucedido, sonreirá tan descaradamente sensual. Ahora escucho Stuttgarten, llevo dos vasos de agua-ardiente y proyecto liarme un porro mientras el documento de Word sigue vacío. Es viernes, necesito una ficción que me haga despegar, o tal vez un gramo de cocaína o quizás sexo…
Demasiado perturbada, todos los post que leo me conducen a la abstinencia, todas las ideas al sin sentido. Así, dos horas después de navegar por Internet, he logrado escribir una historia malísima:
La vida de Patricia era un parchís, donde las fichas siempre parecían llevarla de compromiso en compromiso. Hasta que un día, tuvo que hacer un alto en el camino. Y es que, cada vez que miraba hacia el futuro, siempre lo veía muy cuesta arriba. No por temas económicos. No por problemas relacionados con la salud. Su verdadero problema, consistía en que hasta la fecha, había sido incapaz de llegar a un acuerdo o compromiso satisfactorio con la persona más indicada, es decir, consigo misma. Por el motivo que fuese, siempre quedaba lugar a la imprevisible excusa que, en el último momento -o en el más inoportuno- acababa post-poniendo sus más genuinos deseos. Arrojándolos uno tras otro contra el acantilado de los más pegajosos y variados compromisos, así iba quemando sus sueños.
Dieciocho horas más tarde, rectifico mi conducta. Prefiero no hablar de mi vida porque me da igual escribir algo interesante, me da igual lo que piensen los demás, me da igual cautivar con estas líneas, me da igual que alguien deje de leer... La felicidad no está a vuelta de la esquina, ni siquiera a la vuelta de la página.
Demasiado perturbada, todos los post que leo me conducen a la abstinencia, todas las ideas al sin sentido. Así, dos horas después de navegar por Internet, he logrado escribir una historia malísima:
La vida de Patricia era un parchís, donde las fichas siempre parecían llevarla de compromiso en compromiso. Hasta que un día, tuvo que hacer un alto en el camino. Y es que, cada vez que miraba hacia el futuro, siempre lo veía muy cuesta arriba. No por temas económicos. No por problemas relacionados con la salud. Su verdadero problema, consistía en que hasta la fecha, había sido incapaz de llegar a un acuerdo o compromiso satisfactorio con la persona más indicada, es decir, consigo misma. Por el motivo que fuese, siempre quedaba lugar a la imprevisible excusa que, en el último momento -o en el más inoportuno- acababa post-poniendo sus más genuinos deseos. Arrojándolos uno tras otro contra el acantilado de los más pegajosos y variados compromisos, así iba quemando sus sueños.
Dieciocho horas más tarde, rectifico mi conducta. Prefiero no hablar de mi vida porque me da igual escribir algo interesante, me da igual lo que piensen los demás, me da igual cautivar con estas líneas, me da igual que alguien deje de leer... La felicidad no está a vuelta de la esquina, ni siquiera a la vuelta de la página.
4. Ella dejó de soñar
Tengo una magnun 44 apuntando a mi cabeza. Está cargada, funciona y voy a disparar. Me escribes un email diciendo que he vulnerado tu intimidad causándote un gran daño y rozando la injuria. Te propongo que me lleves a los tribunales, pues sinceramente, no creo que pueda ayudarte. Me encantaría quedarme en la puerta del juzgado con mi perra asesina mientras me fumo un cigarrillo y ensayo mi defensa:
- Señora juez, perjuro que no publicaré mi nombre ni describiré las delicias de su coño.
- Pero, ¿Usted no sabe que los blogs biográficos están penados por ley ?
- Ups!
- Así que desnúdese.
- ¿Me lo quito todo?
- Sí...Los ojos también...
- ¿Algo más?
- Ya que lo dice, vaya poniéndose a cuatro patas que irán pasando los magistrados por orden de corrupción.
5. Llueve
Hace tiempo que vacío mi estómago en post-arcadas voluntarias. Fumo compulsivamente siete cigarrillos cada hora. Me alimento de un pasado y de un presente que augura tiempos peores. Aparte de esto, cabe destacar, que el hedonismo lo perdí cuando tomé mi último atajo: un callejón sin salida.
Me gustaría ser coherente con mis deseos y darme golpes de pecho, sólo para sentir que estoy viva. Porque el decálogo de RAE ha resultado insuficiente entre mis líneas, alguien dijo que existía el amor y era mentira...
Con los bolsillos llenos de deudas y un “Dont worry” resbalando de la boca, me llamas borracho para decirme: “ … te acuerdas de aquel día cuando llovía y te besé... Fue en Octubre del 99…”
Del-entonces-y-el-allí -sobran- todas- las- respuestas-y- aún- así: ¿Cuándo dejé de amar? ¿Cuándo empecé a sentir que su casa no era mi casa? ¿Cuándo pensé en tener un amante?
Déjalo ya, sal de mi vida, déjalo ya!... me encuentro preparada para el olvido, mi cabeza es un vertedero de reminiscencias radiactivas... Y aún así, insistes en venir a mi casa y acostarte conmigo.
Enciendo el décimo cigarrillo, escribo la última página de mi diario. Cursilería avanzada para adictos a la decadencia. En la televisión, la mujer del tiempo dice: "seguirán las precipitaciones en toda la península..." Efectivamente, no parará de llover.
Me gustaría ser coherente con mis deseos y darme golpes de pecho, sólo para sentir que estoy viva. Porque el decálogo de RAE ha resultado insuficiente entre mis líneas, alguien dijo que existía el amor y era mentira...
Con los bolsillos llenos de deudas y un “Dont worry” resbalando de la boca, me llamas borracho para decirme: “ … te acuerdas de aquel día cuando llovía y te besé... Fue en Octubre del 99…”
Del-entonces-y-el-allí -sobran- todas- las- respuestas-y- aún- así: ¿Cuándo dejé de amar? ¿Cuándo empecé a sentir que su casa no era mi casa? ¿Cuándo pensé en tener un amante?
Déjalo ya, sal de mi vida, déjalo ya!... me encuentro preparada para el olvido, mi cabeza es un vertedero de reminiscencias radiactivas... Y aún así, insistes en venir a mi casa y acostarte conmigo.
Enciendo el décimo cigarrillo, escribo la última página de mi diario. Cursilería avanzada para adictos a la decadencia. En la televisión, la mujer del tiempo dice: "seguirán las precipitaciones en toda la península..." Efectivamente, no parará de llover.
6. Error
Una enfermedad nerviosa le impulsaba a arrancarse el pelo. Después de tres años de rozar más labios que ninguna otra, Marta conoció a un alemán y se fue a vivir con él. Ella fregaba la sartén de hierro, rascando con fuerza la grasa incrustada. Entonces, él la miró y le gritó:
-¡ Bájate las bragas!.
Esta vez, no le obedeció.
-Cabrón, ¡jódete !
Y entonces lo hizo, agarró fuerte el sartén y golpeó su cabeza una y otra vez, una y otra vez. El cuerpo del hombre se balanceó y cayó desplomado contra el suelo.
La sangre se expandió por el azulejo blanco de la cocina, las paredes se convirtieron en un tapiz de estrellas...
Marta limpió la sangre con una bayeta empapada en lejía, después arrastró el cuerpo hasta la habitación y, con gran esfuerzo logró subirlo hasta la cama. Se preparó un café y pensó que toda su vida se paró en el poso de la taza, en sus ojos inmóviles ante el reflejo, en su mente cargada de sueños imposibles. Toda su vida se paró ante el miedo.
Salió a la calle temblando. Encontró un hostal y pasó la noche en vela. Al día siguiente regresó a su casa. El cuerpo empezaba a desprender un olor nauseabundo. El olor era, esta vez, el límite en el tiempo.
-¡ Bájate las bragas!.
Esta vez, no le obedeció.
-Cabrón, ¡jódete !
Y entonces lo hizo, agarró fuerte el sartén y golpeó su cabeza una y otra vez, una y otra vez. El cuerpo del hombre se balanceó y cayó desplomado contra el suelo.
La sangre se expandió por el azulejo blanco de la cocina, las paredes se convirtieron en un tapiz de estrellas...
Marta limpió la sangre con una bayeta empapada en lejía, después arrastró el cuerpo hasta la habitación y, con gran esfuerzo logró subirlo hasta la cama. Se preparó un café y pensó que toda su vida se paró en el poso de la taza, en sus ojos inmóviles ante el reflejo, en su mente cargada de sueños imposibles. Toda su vida se paró ante el miedo.
Salió a la calle temblando. Encontró un hostal y pasó la noche en vela. Al día siguiente regresó a su casa. El cuerpo empezaba a desprender un olor nauseabundo. El olor era, esta vez, el límite en el tiempo.
7. Se acabó
Bajo mi sobresalto y con el desayuno dando vueltas (el café de las arcadas perpetuando mi vida insana) suena alguna canción y todo me parece una broma del destino. Hace tiempo que abandoné la poesía. ¿Y tú? ¿También haces el idiota con las palabras?
[ pues escribe algo bonito en los coments, anda! que estoy en “uno de esos días” ya sabes...Incoherencia-psicosis-desenfreno-tristeza-Dios-cambio-dimelotú o yoquesé...]
Toda esa basura que no se lee desparramada en 30 líneas con un periódico (el mismo que llevo toda la vida vomitando). Sólo eso. Si quieres más: dime que mañana irás a la iglesia. Prometo estar contigo para hacer algo grande.
[ pues escribe algo bonito en los coments, anda! que estoy en “uno de esos días” ya sabes...Incoherencia-psicosis-desenfreno-tristeza-Dios-cambio-dimelotú o yoquesé...]
Toda esa basura que no se lee desparramada en 30 líneas con un periódico (el mismo que llevo toda la vida vomitando). Sólo eso. Si quieres más: dime que mañana irás a la iglesia. Prometo estar contigo para hacer algo grande.
8. Una mujer feliz
Marina siempre tuvo sueños de mujer desfragmentaba en trozos irreconstruibles. Ella se mantuvo casta y virgen hasta el matrimonio. Su novio Miguel, en cambio, follaba cada fin de semana con las señoritas del "club", pajeándose hasta sangrar en cabinas del "Sex Shop" y magreándose con becarias de la universidad. Eso sí, ambos asistían religiosamente a las reuniones familiares de los domingos. Mantuvieron su noviazgo durante tres años y el día de la boda, numerosas personalidades de la derecha más rancia se dieron cita allí. Con el precio del traje de boda, se hubiera podía alimentar a Gondar por tres meses. Pero Marina no sabía dónde estaba esa ciudad tercer mundista.
Cuando, se oyó el "sí quiero", las paredes de la iglesia retumbaron y muchas lágrimas resbalaron por labios artificiales de Botox.
Los primeros meses fueron muy dichosos.
Marina accedió a los favores sexuales de su marido siempre que este los requirió (fingía puntualmente sus orgasmos con sumisión y frenesí. Aunque todo esto no entrara dentro de sus principios católicos, había sido educada para obedecer y complacer a su marido).
Un año después, la unión había dado sus primeros frutos:
- Marina tenía un retoño y dos criadas ecuatorianas que hacían el papel de madres cuando ella salía de compras, de lifting, de peluquería o a desviar sus frustraciones en la sede del foro familiar.
-Miguel se daba cita varias veces a la semana con diferentes putas que se encargaban de concretar sus perversiones sexuales.
- Las familias de ambos habían llegado a buen puerto con la fusión de la empresas constructoras que gestionaban.
Cuando Marina se quedó embarazada de su segundo hijo, decidió que estaba harta de parir. Le dijo a su marido que tomaría anticonceptivos y como a él no le pareció buena la idea, le dio unas cuantas bofetadas y concluyó con una patada en la boca del estómago. A la familia se le informó que aquel aborto se había correspondido con los designios de Dios. Pero la vida debía continuar al lado de aquel indeseable, alternando palizas y violaciones anales... con bombones y sexo-calmo. La sombra lila bajo los párpados se estaba poniendo de moda. Marina, podía considerarse una mujer feliz.
Cuando, se oyó el "sí quiero", las paredes de la iglesia retumbaron y muchas lágrimas resbalaron por labios artificiales de Botox.
Los primeros meses fueron muy dichosos.
Marina accedió a los favores sexuales de su marido siempre que este los requirió (fingía puntualmente sus orgasmos con sumisión y frenesí. Aunque todo esto no entrara dentro de sus principios católicos, había sido educada para obedecer y complacer a su marido).
Un año después, la unión había dado sus primeros frutos:
- Marina tenía un retoño y dos criadas ecuatorianas que hacían el papel de madres cuando ella salía de compras, de lifting, de peluquería o a desviar sus frustraciones en la sede del foro familiar.
-Miguel se daba cita varias veces a la semana con diferentes putas que se encargaban de concretar sus perversiones sexuales.
- Las familias de ambos habían llegado a buen puerto con la fusión de la empresas constructoras que gestionaban.
Cuando Marina se quedó embarazada de su segundo hijo, decidió que estaba harta de parir. Le dijo a su marido que tomaría anticonceptivos y como a él no le pareció buena la idea, le dio unas cuantas bofetadas y concluyó con una patada en la boca del estómago. A la familia se le informó que aquel aborto se había correspondido con los designios de Dios. Pero la vida debía continuar al lado de aquel indeseable, alternando palizas y violaciones anales... con bombones y sexo-calmo. La sombra lila bajo los párpados se estaba poniendo de moda. Marina, podía considerarse una mujer feliz.
9. Amantes
Hace mucho calor y la televisión sigue vomitando los titulares de las noticias. Me dices que la vida no es un jardín bucólico. Es cierto, nuestros pies se quedaron pegados al asfalto en agosto del 2000. Teníamos que habernos escapado pero nos quedamos mientras nuestros sueños hacían sus maletas y viajaban por toda Europa durmiendo en un Inter-Rail. ¡Cuántas aventuras!, pero al despertar.... irás al registro civil y te llamarás Raúl, me contarás que huiste lejos porque yo te abandoné. Que saltarás en paracaídas desde lo más alto. Que escribirás cada uno de tus relatos pensando en mí.
Hace mucho calor y la televisión sigue vomitando los titulares de las noticias. Me dices que la vida no es un jardín bucólico. Es cierto, nuestros pies se quedaron pegados al asfalto en agosto del 2000. Teníamos que habernos escapado pero nos quedamos mientras nuestros sueños hacían sus maletas y viajaban por toda Europa durmiendo en un Inter-Rail. ¡Cuántas aventuras!, pero al despertar.... irás al registro civil y te llamarás Raúl, me contarás que huiste lejos porque yo te abandoné. Que saltarás en paracaídas desde lo más alto. Que escribirás cada uno de tus relatos pensando en mí.
10. El reino
Estábamos revolcándonos en su cama, cuando bruscamente se detuvo para decirme que las cucarachas son sagradas porque de ellas será el reino del holocausto nuclear. Desde entonces, empecé a amar a las cucarachas como si fueran otra parte de mi desestructurado núcleo familiar.
Les he abierto las puertas de las tuberías de la ducha, de las rendijas de las ventanas y del conducto estropeado del gas. Se comen mi comida, se beben mi alcohol y se acuestan en mi almohada esperando a que YO las vaya a saludar. Ellas nunca dicen nada, pero se frotan las antenas y vuelan hasta mí para posarse sobre mi cuerpo, para enredar sus patitas por el pelo del pubis, para recorrer mis espacios más íntimos proporcionándome un cosquilleo de alto contenido sexual. Ellas sí que saben cómo hacérmelo bien...
Les he abierto las puertas de las tuberías de la ducha, de las rendijas de las ventanas y del conducto estropeado del gas. Se comen mi comida, se beben mi alcohol y se acuestan en mi almohada esperando a que YO las vaya a saludar. Ellas nunca dicen nada, pero se frotan las antenas y vuelan hasta mí para posarse sobre mi cuerpo, para enredar sus patitas por el pelo del pubis, para recorrer mis espacios más íntimos proporcionándome un cosquilleo de alto contenido sexual. Ellas sí que saben cómo hacérmelo bien...
11. Karaoke
Era la época en la que salía de marcha todos los días y regresaba a las seis de la madrugada. Yo estaba en la onda de Deftones, Korn y Metallica... Y, mientras podía, cada noche me llevaba a la cama a un individuo diferente. Por aquel entonces, necesitaba experiencias desoladoras. Había robado, esnifado y meado en todo(s), pero faltaba "algo"... Así que, un 31 de Diciembre me largué a Berlín, a casa de H. Este se había comprado un karaoke, y estuvo molestando toda la velada con las cancioncitas de OT mientras decía ¿Canto bien? ¿Verdad que canto bien?... Y yo (uff) quería una dosis extra de hipocresía para decirle que lo hacía “casi, casi bien”...Luego se hicieron las 11 y, a H, le entró una prisa horrible por esnifar un poco de coca. En fin...salimos a la Puerta de Brandenburgo, la cual daba asco a kilómetros. Parecía como si estuviera a punto de caer una lluvia de dinero desde el cielo, la gente se aglutinaba hasta perder la respiración...
Cuando dieron las doce, reinaba el caos y los carteristas habían empezado el año a lo grande. Entre el maremagno las botellas de cristal volaban y caían sobre las cabezas y los niños lloraban mientras las mujeres gritaban ... Y yo, que me encontraba ya trepando a una farola, pensaba en la puta madre de H y me preguntaba porqué no avisan de este peligro en la saga de mentiras de la Tele...
Cuando dieron las doce, reinaba el caos y los carteristas habían empezado el año a lo grande. Entre el maremagno las botellas de cristal volaban y caían sobre las cabezas y los niños lloraban mientras las mujeres gritaban ... Y yo, que me encontraba ya trepando a una farola, pensaba en la puta madre de H y me preguntaba porqué no avisan de este peligro en la saga de mentiras de la Tele...
12. Leit motiv
Lorenzo me sugirió que escribiera un relato donde los problemas se evaporan en el momento que se los nombra. Le digo “Sí” y pienso “Siempre y cuando los personajes sean adictos a los extremos de la euforia y el dolor”. Sin embargo, existe un problema sin solución: si la protagonista apaga el cigarrillo, la creadora se queda sin trama. Quizá ella adolezca de misantropía, consume prozac y tiene algunos kilos de más. Luego, aquella conversación terminó derivando en extracciones y empastes. Fue trivial. Fue una conversación en el metro. Me dijo adiós, las puertas del tren se cerraron y yo pensé “Siempre y cuando.... todos mis personajes tengan el Carnet del Real Madrid puesto al día...” De camino a casa consideré la idea de crear un modelo provisional. Ahora sólo falta el leit motiv.
13. Otra vez
Me hubiera gustado mirar directamente al sol durante el eclipse, ya que me parecía estúpido observar una evolución diagnosticada paso a paso vía TV. Sin embargo, no lo hice y continué con lo mío... Dos días después cumplí 40 años. No hubo fiesta de cumpleaños ni borrachera solitaria... Pensé en el suicidio la noche siguiente y tuve una horrible pesadilla en la que me arrancaban las uñas de las manos. Luego fue como todos los días. Supongo que fui a la universidad y leí en el periódico alguna noticia. Supongo que contribuí a engordar mi exacerbada intolerancia hacia la derecha y, supongo, que quise escupir al hombre que compraba el ABC en el estanco. Supongo que estoy algo contenida aunque sea la princesa pornotécnica. Pero creo que no es el momento de hablar sobre mí. Los titulares de mañana se presentan prometedores. Que me den un céntimo de euro por cada muerto de la semana y acabo el año holgada. Pero mi maleta ya está preparada. Stop.
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