31 may 2008

Hoy 31 de mayo, tenía una cita, o por lo menos eso quería creer. El pronostico del tiempo no era favorable y mis miedos tampoco. A las dos de la mañana, todavía indecisa sobre el dichoso encuentro, oí en la habitación contigua, un ruido extraño. Me levanté y al abrir la puerta me encontré a mi perra Luba, vomitando. Pensé que era algo sin importancia. Sin embargo, la cosa se tornó preocupante porque no dejaba de vomitar y tenía con mucha frecuencia arcadas. La situación me recordaba, la noche trágica (exactamente un año atrás) en que mi perro Zulú murió envenenado. Rápidamente la envolví en una manta y le llevé a una clínica veterinaria. El diagnostico era previsible: se había intoxicado con una planta del jardín que había comido. La dejé ingresada toda la noche. Ninguna de las dos durmió tranquila.


Hoy a las doce del mediodía la fui a buscar. La perrita ha sobrevivido y yo con ella.

El destino ha decidido una vez más por mí.

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posted by Patricia Venti at 16:58 |


1 Comments:


At lun oct 13, 03:28:00 p. m., Blogger Unknown 

Espero que el destino no siga decidiendo, y nos deje a nosotros elegir nuestro camino, cometer nuestros errores... vivir nuestras vidas.

Pero esta vez... me alegro por Luba.

Un saludo!



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