Primero, uno comprende las causas externas de su sufrimiento.
Segundo, uno busca las razones de ese sufrimiento en su propia vida. Buscarlas es tener confianza en la capacidad de uno para erradicar el dolor.
Por último, surge el deseo de encontrar el camino hacia la paz, porque todos los seres desean la felicidad, todos aspiran a encontrar su ser más puro.