El invierno dobla siempre por donde no debe.
Levanta muros, puentes
un enorme parque donde
al frío del dulce hogar
se puede descansar.
En la soledad de
las cinco de la tarde,
cuando todo es noche
te pregunto:
You want me too?
no hay respuesta,
sólo un fugaz encuentro.
El ruido predecible del tren
esconde ligeramente mis palabras
y el viento
hiela los pies de los pájaros.
Yo me resigno al olvido
para atrapar tu último aliento
que ahuyentará la lágrima, los somníferos,
la desesperación del querer ser
y nunca será.
Levanta muros, puentes
un enorme parque donde
al frío del dulce hogar
se puede descansar.
En la soledad de
las cinco de la tarde,
cuando todo es noche
te pregunto:
You want me too?
no hay respuesta,
sólo un fugaz encuentro.
El ruido predecible del tren
esconde ligeramente mis palabras
y el viento
hiela los pies de los pájaros.
Yo me resigno al olvido
para atrapar tu último aliento
que ahuyentará la lágrima, los somníferos,
la desesperación del querer ser
y nunca será.
Etiquetas: Poema