28 ago 2007
INFORTUNIOS

El destino es a veces caprichoso y no sabe casi nunca de cariño cuando juega con esencias. Laura estaba en la heladería cuando sonó el móvil. Oyendo llorar a su madre, supo que algo grave había ocurrido. Un coche había arrollado a su perro. La escritora sentía, que toda su vida había sido una película llena de infortunios. Y lo que era peor: le habían asignado un papel que aborrecía interpretar. Su cerebro comenzaba a mostrarse inquieto. Tenía la lucidez necesaria para no acabar desbordada ante el vacío provocado por determinados acontecimientos. Sentía un vacío cada vez más difícil de justificar. Tenía la extraña sensación de haber vivido como dentro de un vaso de agua con aceite. (pág 90)
 
posted by Patricia Venti at 17:37 |


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